Mi experiencia con el aprendizaje online como alumno y docente

En los últimos días he visto innumerables publicaciones en redes sociales con opiniones muy válidas sobre las cantidades ingentes de tarea que tanto escolares como universitarios reciben en la, recientemente implementada, educación online.

Lo primero que se me viene a la mente es la cantidad de veces que recomendaba a algun compañero de trabajo, colega o alumno algun curso online para aprender una nueva tecnología o tema, y la gran cantidad de veces recibía la misma respuesta: ¿en qué lugar puedo tomar el curso?¿hay algún curso que no sea online?, para lo cual a veces simplemente no tenía respuesta. Y, pensándolo bien, no tiene nada de malo pues la educación que hemos recibido durante muchos años siempre fue presencial en un aula, con un docente que impartía la clase y dejaba tareas. Muchos desarrollaron la costumbre por años de aprender con un docente de por medio, por ello la transición a un aprendizaje online es, donde no necesariamente existe físcamente un docente, es, ciertamente, dificil.

Entre las experiencias que me hicieron aprender, como alumno, sobre educación en línea fue que gran parte de lo que he venido aprendiendo durante muchos años, ha sido de manera autodidacta (no me quedaba otra), para lo cual, pienso que, no se requiere tener un perfil o destreza específicos pero sí los estímulos y recursos correctos. Creo que el problema con la educación online no es la misma educación online sino cómo se lleva a cabo. Como alumno, las plataformas que más utilizo son: Platzi, una empresa de educación técnica online y en español, para la cual desde hace unos meses pago una suscripción y cuyo contenido me ha ayudado a aprender muchísimo, sobre todo por la interacción de sus clases. Incluso esta empresa tiene abundante contenido gratuito en YouTube que también vengo consumiendo hace años. Para temas técnicos en inglés, me gusta mucho EdX, no tanto por la interacción sino por los temas interesantes de sus cursos, que han sido desarrollados muchas veces en conjunto con las mejores universidades del mundo y que también son las que entregan los certificados de finalización del curso, en caso se pague por el diploma, pues generalmente el contenido del curso es gratuito. Adicionalmente, utilizo muchos podcasts desde mi suscripción de Spotify para aprender todo tipo de temas mientras realizo otras actividades, lo cual será motivo para otro post distinto. Mención aparte merece YouTube, que se ha convertido para mi en una suerte de repositorio de respuestas 24×7 a casi todos los temas sobre los cuales tengo dudas. La diferencia de una plataforma de aprendizaje online como YouTube es principalmente el proceso y la estructura que muchas veces los videos de YouTube no poseen, pues en muchos casos los videos son respuestas puntuales a temas pero no necesariamente brindan una ruta de aprendizaje (lo que en inglés se denomina roadmap), lo que en las plataformas online generalmente si se pueden encontrar.

Asimismo, mi experiencia, esta vez como docente, se inició a mediados de 2019, cuando me mudé a los Estados Unidos para iniciar una maestria. Uno de mis jefes en la institución educativa donde venía enseñando desde hace mucho tiempo, me dijo antes de irme que no renuncie, que continuara enseñando desde fuera de Perú, lo cual al principio pensé que no iba a ser tan factible pero luego me di cuenta que podía llevarse a cabo sin ningún problema.

El reto estaba dado: cómo hacer para replicar (o mejorar) la experiencia de aprendizaje en un entorno virtual donde no necesariamente me conocerían ni interactuarían conmigo. Todo lo descrito a continuación está basado en mi experiencia impartiendo educación online.

  • Crea una comunidad:
    Una de las fuerzas más grandes que nos mueve a los humanos es aquella que nos impulsa a igualar (o superar) lo que hace el otro. Algo que había notado es que al entregar trabajos o tareas en los cursos online, era que yo no tenía idea quienes eran mis compañeros de clase, quien era el más aplicado, cómo habían hecho sus tareas o si es que siquiera las habían hecho. Para esto una herramienta valiosísima son los foros de discusión con una estructura predefinida y clara pero que a la vez brinden lugar a la creatividad. El hacer notar a los estudiantes que sus pares mantienen el ritmo y disciplina requeridos para completar el curso y que no están haciendo únicamente haciendo tareas sino compitiendo contra sus compañeros influye significamente en la motivación. Otra recomendación en base a mi experiencia, es hacer que cada participante comparta una foto o video de presentación y, que si se cuenta con una plataforma de aprendizaje, complete su perfil público, esto nos refuerza el concepto de que no estamos ante una pantalla únicamente sino que pertenecemos a un grupo humano con un canal de comunicación distinto pero con el mismo funcionamiento que un aula tradicional. El tener en cuenta la meritocracia, quizás a través de menciones públicas a los mejores trabajos presentados y sus autores, es definitivamente útil. Uno de los mayores retos en este aspecto es desaparecer ese sentimiento de falta de comunidad característico muchas veces de la educación online.
  • No lo expliques únicamente, sino vuelvelo aplicable
    Uno de los grandes problemas al iniciar con el aprendizaje de un tema es que a veces no tenemos idea de cómo lo vamos a aplicar. Si como docentes iniciamos una clase planteando un problema para ser resuelto aplicando el tema a aprender o simplemente contamos una historia o experiencia donde de manera directa entendamos cómo aplicar un tema, entonces el enfoque del aprendizaje cambia totalmente. Como alguna vez escuché a Jorge Yzusqui, fundador de Innova Shools, la cadena peruana de educación básica más grande de Perú: al enseñar debes empezar una clase contándo algo interesante que los estudiantes puedan contar a sus padres o amigos, por ejemplo, relata Yzusqui, si vas a iniciar una clase sobre Ciencias Naturales, puedes iniciar planteando la siguiente pregunta a los alumnos: ¿los peces duermen?, luego los alumnos se encargarán de investigar y aplicar el tema a aprender para resolver este reto. Uno de los grandes problemas es que los sílabos algunas veces están llenos de temas que no son aplicables pero son requeridos por el sistema educativo tradicional. Siempre es posible personalizar una clase agregando el valor de lo aplicable sin dejar de cumplir con lo establecido. En mi caso, a pesar de que no era un requisito en mis clases online realizaba un pequeño video de al menos 5 minutos donde trataba de resumir la importancia y la aplicabilidad del tema a los alumnos, de tal manera que ellos iniciaran la sesión sabiendo qué iban a aprender y cómo lo iban a aplicar. En la imagen de abajo (IMAGEN 01) comparto la lista de los videos que realicé para cada sesión de mi curso, para lo cual solamente requerí un celular y unos minutos de dedicación. Dejo también como muestra uno de los videos (VIDEO 01) donde explico detalladamente uno de los temas del curso y su aplicación con ejemplos.
  • Empieza por el por qué
    Existe una diferencia significativa entre dar una orden y explicar el por qué de una orden. Se dice que en la milicia existen dos tipos de ordenes: las órdenes con explicación y las órdenes sin explicación y, por ende, hay dos tipos de soldados: los soldados a quienes se les dió las órdenes con explicación y los soldados que los matan en la batalla por solamente saber acatar órdenes. Cuando se explica el por qué de una orden o directiva, es más probable que el estudiante sepa cómo NO hacer caso a la orden o directiva en una situación no planeada pero, a la vez, pueda hacer algo distinto para actuar ante esa situación no esperada. Esto mismo aplica con cada uno de los temas de un curso, si es que queremos que los alumnos puedan entender por qué deben dedicarle tiempo a un tema en específico. Mucho de lo que comento ciertamente está dentro del sílabo de un curso, lo cual NO importa, pues en ocasiones estos están escritos en lenguaje poco entendible y, francamente no pensado en la experiencia del alumno. Es importante que podamos explicar de manera muy clara este por qué, pues de esa manera incluso los estudiantes pueden crear mejoras al contenido, lo cual incrementa su compromiso con el curso. Algo así me sucedió cuando varié el método de evaluación de uno de mis cursos, al pedirles a los alumnos que me expliquen un tema de una evaluación con un video de la manera que ellos creyeran conveniente. La respuesta, en casi todos los casos, fue mejor de lo que hubiera esperado. Incluso llegué a compartir en mis redes el video de una estudiante que usó mucha creatividad para explicar lo aprendido..
  • Feedback detallado y personalizado
    Dar feedback no es lo mismo que calificar. Al calificar nos centramos en la nota obtenida, al dar feedback nos centramos en los errores cometidos y cómo mejorar para evitarlos en el futuro, lo cual es muy importante cuando el estudiante no tiene contacto presencial con nosotros los docentes. Este es un tema muy tedioso, pues implica dedicar muchísimo tiempo a ver de manera individual cómo evoluciona cada estudiante en su proceso de aprendizaje y, en ocasiones, no es fácilmente escalable, sin embargo, creo que vale la pena totalmente pues este feedback hace ver al estudiante que no solamente está cumpliendo con tareas sino que está dentro de un proceso en el que no va solo, sino que puede contar con un docente, a pesar que no lo conozca personalmente. Incluso el dedicar tiempo a dar feedback nos hace conocer las características, buenas y malas, de cada estudiante, por ejemplo, conocemos a los estudiantes que hacen los proyectos a último momento, a los que suelen copiar contenido de terceros o a los que realmente se dedican y realizan un buen trabajo. En mi caso, los estudiantes tienen mi correo electrónico académico y mi número de WhatsApp, donde pueden preguntar con toda libertad lo que duden de manera más directa. Este punto quizás puede ser polémico para muchos pero en mi caso el resultado ha sido sumamente bueno pues en mi experiencia los estudiantes casi siempre responden a esta confianza de manera positiva.
  • Céntrate en 3 a 4 ideas por clase
    Una métrica que suelo usar para clasificar un libro, es la siguiente: si un libro te deja al menos 3 a 4 ideas que puedas aplicar, entonces es un buen libro, si te deja 1 a 2 ideas que puedas aplicar, es un libro regular y si no te deja ninguna idea que puedas recordar, entonces es un mal libro. Lo mismo aplica para una sesión: si al estudiante le podemos dejar 3 a 4 ideas que puedan recordar por clase, entonces la clase fue buena. Esto es complicado al inicio pues como docente debemos tratar de resumir el contenido en unas cuantas ideas, en mi caso lo hago en los videos que mencioné anteriormente. Es perfectamente posible dictar una clase entera, ya sea presencial u online, o una charla y que los estudiantes no recuerden una sola idea que puedan llevarse (lo que en inglés se denomina key takeaway). Esto debe reflejarse también en las presentaciones o slides que usamos, donde estas ideas deben figurar de manera clara, sin texto adicional e irrelevante que entorpezca su transmisión, tal como Steve Jobs lo hacía en sus presentaciones (IMAGEN 02). Si pensamos la clase en ideas y en base a estas ideas, el desarrollo de la misma, entonces no importa cómo sea impartida la clase, esta será fácil de recordar. Hago enfasis en esta parte pues un reto para realizar una buena clase online es que el estudiante incluso solo escuchando la clase (sin video, solo audio) pueda retener las ideas más importantes que queremos transmitir.

IMAGEN 01

IMAGEN 02

How to Make Killer Presentations Like Steve Jobs😲 - Christos ...

VIDEO 01

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