Mi experiencia con el aprendizaje online como alumno y docente

En los últimos días he visto innumerables publicaciones en redes sociales con opiniones muy válidas sobre las cantidades ingentes de tarea que tanto escolares como universitarios reciben en la, recientemente implementada, educación online.

Lo primero que se me viene a la mente es la cantidad de veces que recomendaba a algun compañero de trabajo, colega o alumno algun curso online para aprender una nueva tecnología o tema, y la gran cantidad de veces recibía la misma respuesta: ¿en qué lugar puedo tomar el curso?¿hay algún curso que no sea online?, para lo cual a veces simplemente no tenía respuesta. Y, pensándolo bien, no tiene nada de malo pues la educación que hemos recibido durante muchos años siempre fue presencial en un aula, con un docente que impartía la clase y dejaba tareas. Muchos desarrollaron la costumbre por años de aprender con un docente de por medio, por ello la transición a un aprendizaje online es, donde no necesariamente existe físcamente un docente, es, ciertamente, dificil.

Entre las experiencias que me hicieron aprender, como alumno, sobre educación en línea fue que gran parte de lo que he venido aprendiendo durante muchos años, ha sido de manera autodidacta (no me quedaba otra), para lo cual, pienso que, no se requiere tener un perfil o destreza específicos pero sí los estímulos y recursos correctos. Creo que el problema con la educación online no es la misma educación online sino cómo se lleva a cabo. Como alumno, las plataformas que más utilizo son: Platzi, una empresa de educación técnica online y en español, para la cual desde hace unos meses pago una suscripción y cuyo contenido me ha ayudado a aprender muchísimo, sobre todo por la interacción de sus clases. Incluso esta empresa tiene abundante contenido gratuito en YouTube que también vengo consumiendo hace años. Para temas técnicos en inglés, me gusta mucho EdX, no tanto por la interacción sino por los temas interesantes de sus cursos, que han sido desarrollados muchas veces en conjunto con las mejores universidades del mundo y que también son las que entregan los certificados de finalización del curso, en caso se pague por el diploma, pues generalmente el contenido del curso es gratuito. Adicionalmente, utilizo muchos podcasts desde mi suscripción de Spotify para aprender todo tipo de temas mientras realizo otras actividades, lo cual será motivo para otro post distinto. Mención aparte merece YouTube, que se ha convertido para mi en una suerte de repositorio de respuestas 24×7 a casi todos los temas sobre los cuales tengo dudas. La diferencia de una plataforma de aprendizaje online como YouTube es principalmente el proceso y la estructura que muchas veces los videos de YouTube no poseen, pues en muchos casos los videos son respuestas puntuales a temas pero no necesariamente brindan una ruta de aprendizaje (lo que en inglés se denomina roadmap), lo que en las plataformas online generalmente si se pueden encontrar.

Asimismo, mi experiencia, esta vez como docente, se inició a mediados de 2019, cuando me mudé a los Estados Unidos para iniciar una maestria. Uno de mis jefes en la institución educativa donde venía enseñando desde hace mucho tiempo, me dijo antes de irme que no renuncie, que continuara enseñando desde fuera de Perú, lo cual al principio pensé que no iba a ser tan factible pero luego me di cuenta que podía llevarse a cabo sin ningún problema.

El reto estaba dado: cómo hacer para replicar (o mejorar) la experiencia de aprendizaje en un entorno virtual donde no necesariamente me conocerían ni interactuarían conmigo. Todo lo descrito a continuación está basado en mi experiencia impartiendo educación online.

  • Crea una comunidad:
    Una de las fuerzas más grandes que nos mueve a los humanos es aquella que nos impulsa a igualar (o superar) lo que hace el otro. Algo que había notado es que al entregar trabajos o tareas en los cursos online, era que yo no tenía idea quienes eran mis compañeros de clase, quien era el más aplicado, cómo habían hecho sus tareas o si es que siquiera las habían hecho. Para esto una herramienta valiosísima son los foros de discusión con una estructura predefinida y clara pero que a la vez brinden lugar a la creatividad. El hacer notar a los estudiantes que sus pares mantienen el ritmo y disciplina requeridos para completar el curso y que no están haciendo únicamente haciendo tareas sino compitiendo contra sus compañeros influye significamente en la motivación. Otra recomendación en base a mi experiencia, es hacer que cada participante comparta una foto o video de presentación y, que si se cuenta con una plataforma de aprendizaje, complete su perfil público, esto nos refuerza el concepto de que no estamos ante una pantalla únicamente sino que pertenecemos a un grupo humano con un canal de comunicación distinto pero con el mismo funcionamiento que un aula tradicional. El tener en cuenta la meritocracia, quizás a través de menciones públicas a los mejores trabajos presentados y sus autores, es definitivamente útil. Uno de los mayores retos en este aspecto es desaparecer ese sentimiento de falta de comunidad característico muchas veces de la educación online.
  • No lo expliques únicamente, sino vuelvelo aplicable
    Uno de los grandes problemas al iniciar con el aprendizaje de un tema es que a veces no tenemos idea de cómo lo vamos a aplicar. Si como docentes iniciamos una clase planteando un problema para ser resuelto aplicando el tema a aprender o simplemente contamos una historia o experiencia donde de manera directa entendamos cómo aplicar un tema, entonces el enfoque del aprendizaje cambia totalmente. Como alguna vez escuché a Jorge Yzusqui, fundador de Innova Shools, la cadena peruana de educación básica más grande de Perú: al enseñar debes empezar una clase contándo algo interesante que los estudiantes puedan contar a sus padres o amigos, por ejemplo, relata Yzusqui, si vas a iniciar una clase sobre Ciencias Naturales, puedes iniciar planteando la siguiente pregunta a los alumnos: ¿los peces duermen?, luego los alumnos se encargarán de investigar y aplicar el tema a aprender para resolver este reto. Uno de los grandes problemas es que los sílabos algunas veces están llenos de temas que no son aplicables pero son requeridos por el sistema educativo tradicional. Siempre es posible personalizar una clase agregando el valor de lo aplicable sin dejar de cumplir con lo establecido. En mi caso, a pesar de que no era un requisito en mis clases online realizaba un pequeño video de al menos 5 minutos donde trataba de resumir la importancia y la aplicabilidad del tema a los alumnos, de tal manera que ellos iniciaran la sesión sabiendo qué iban a aprender y cómo lo iban a aplicar. En la imagen de abajo (IMAGEN 01) comparto la lista de los videos que realicé para cada sesión de mi curso, para lo cual solamente requerí un celular y unos minutos de dedicación. Dejo también como muestra uno de los videos (VIDEO 01) donde explico detalladamente uno de los temas del curso y su aplicación con ejemplos.
  • Empieza por el por qué
    Existe una diferencia significativa entre dar una orden y explicar el por qué de una orden. Se dice que en la milicia existen dos tipos de ordenes: las órdenes con explicación y las órdenes sin explicación y, por ende, hay dos tipos de soldados: los soldados a quienes se les dió las órdenes con explicación y los soldados que los matan en la batalla por solamente saber acatar órdenes. Cuando se explica el por qué de una orden o directiva, es más probable que el estudiante sepa cómo NO hacer caso a la orden o directiva en una situación no planeada pero, a la vez, pueda hacer algo distinto para actuar ante esa situación no esperada. Esto mismo aplica con cada uno de los temas de un curso, si es que queremos que los alumnos puedan entender por qué deben dedicarle tiempo a un tema en específico. Mucho de lo que comento ciertamente está dentro del sílabo de un curso, lo cual NO importa, pues en ocasiones estos están escritos en lenguaje poco entendible y, francamente no pensado en la experiencia del alumno. Es importante que podamos explicar de manera muy clara este por qué, pues de esa manera incluso los estudiantes pueden crear mejoras al contenido, lo cual incrementa su compromiso con el curso. Algo así me sucedió cuando varié el método de evaluación de uno de mis cursos, al pedirles a los alumnos que me expliquen un tema de una evaluación con un video de la manera que ellos creyeran conveniente. La respuesta, en casi todos los casos, fue mejor de lo que hubiera esperado. Incluso llegué a compartir en mis redes el video de una estudiante que usó mucha creatividad para explicar lo aprendido..
  • Feedback detallado y personalizado
    Dar feedback no es lo mismo que calificar. Al calificar nos centramos en la nota obtenida, al dar feedback nos centramos en los errores cometidos y cómo mejorar para evitarlos en el futuro, lo cual es muy importante cuando el estudiante no tiene contacto presencial con nosotros los docentes. Este es un tema muy tedioso, pues implica dedicar muchísimo tiempo a ver de manera individual cómo evoluciona cada estudiante en su proceso de aprendizaje y, en ocasiones, no es fácilmente escalable, sin embargo, creo que vale la pena totalmente pues este feedback hace ver al estudiante que no solamente está cumpliendo con tareas sino que está dentro de un proceso en el que no va solo, sino que puede contar con un docente, a pesar que no lo conozca personalmente. Incluso el dedicar tiempo a dar feedback nos hace conocer las características, buenas y malas, de cada estudiante, por ejemplo, conocemos a los estudiantes que hacen los proyectos a último momento, a los que suelen copiar contenido de terceros o a los que realmente se dedican y realizan un buen trabajo. En mi caso, los estudiantes tienen mi correo electrónico académico y mi número de WhatsApp, donde pueden preguntar con toda libertad lo que duden de manera más directa. Este punto quizás puede ser polémico para muchos pero en mi caso el resultado ha sido sumamente bueno pues en mi experiencia los estudiantes casi siempre responden a esta confianza de manera positiva.
  • Céntrate en 3 a 4 ideas por clase
    Una métrica que suelo usar para clasificar un libro, es la siguiente: si un libro te deja al menos 3 a 4 ideas que puedas aplicar, entonces es un buen libro, si te deja 1 a 2 ideas que puedas aplicar, es un libro regular y si no te deja ninguna idea que puedas recordar, entonces es un mal libro. Lo mismo aplica para una sesión: si al estudiante le podemos dejar 3 a 4 ideas que puedan recordar por clase, entonces la clase fue buena. Esto es complicado al inicio pues como docente debemos tratar de resumir el contenido en unas cuantas ideas, en mi caso lo hago en los videos que mencioné anteriormente. Es perfectamente posible dictar una clase entera, ya sea presencial u online, o una charla y que los estudiantes no recuerden una sola idea que puedan llevarse (lo que en inglés se denomina key takeaway). Esto debe reflejarse también en las presentaciones o slides que usamos, donde estas ideas deben figurar de manera clara, sin texto adicional e irrelevante que entorpezca su transmisión, tal como Steve Jobs lo hacía en sus presentaciones (IMAGEN 02). Si pensamos la clase en ideas y en base a estas ideas, el desarrollo de la misma, entonces no importa cómo sea impartida la clase, esta será fácil de recordar. Hago enfasis en esta parte pues un reto para realizar una buena clase online es que el estudiante incluso solo escuchando la clase (sin video, solo audio) pueda retener las ideas más importantes que queremos transmitir.

IMAGEN 01

IMAGEN 02

How to Make Killer Presentations Like Steve Jobs😲 - Christos ...

VIDEO 01

What skills does an engineer need to be a successful professional?

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Last year I took one of the most important decisions in my life, which was to quit my jobs in my home country and move to the United States of America to start a Master of Sciences in Industrial Engineering at University of South Florida, in Tampa, Florida, an educational institution in with the status of “preeminent state research university”.

When I first came to Tampa to get to know the university before starting my studies I had the opportunity to talk to Dr. Tapas Das, Chair of the Department of Industrial and Management Systems Engineering at the University of South Florida. I wanted to know what skills I needed to succeed as an engineer and who better than him to answer these questions.

So I asked him for an interview and he gladly accepted. Here I am telling my experience as an graduate student to understand how what he mentioned in the interview are actually applied in the program I am studying at University of South Florida.

In the next line I will try to summarize some of the aspects that are actually very accurante to what Dr. Tapas Das told me:

  1. Communication is an important skill for engineers (and indeed for every professional): Some of the courses in taking require a lot of presentation skills. I need to be sincere on this. I have been teaching for the last 17 years and this skill is kind of familiar to me, but not every engineering student is able to make a presentation to communicate ideas in a way that they can draw the attention of their audience, use the right amount of content in the presentation with clear objectives within the stipulated timeframe. I have seen this even in experienced professionals both here in the USA and back in Peru. That is why within the data science field I devote most of my time to learn about data visualization and storytelling skills. I think that no matter how good you are in math or statistics as an engineer if you cannot properly communicate your ideas. USF places a lot emphasis in this aspect which translates in homeworks and projects that takes this important aspect into account.
  2. Data driven decision making using data is across the board, everybody is going to benefit from that: the courses I have liked the most in the master program, are related to data. I am taking a course on Statistics this semester as an open student in which I am learning not only how to use a formula to solve an exercise but how we actually apply Statistics in common problems every day, even without knowing we are doing so. Engineering Analytics is a course I liked a lot last semester since we got the opportunity to apply our knowledge in a real data science competition. Being able to apply what you study actually lets you know how good your learning is. That is why I am firm believer in project based learning to solve real problems instead of being just a listener in a class
  3. Team work is important: My experience working in teams has taught me that expecting everyone in a team to contribute equally is not only unrealistic but counterintuitive since not everyone posses the same skills. It is perfectly fine to let somebody contribute more in a part in which one is more skilled and later other members might contribute in other different areas in which they are more skilled. Sometimes people will find hard to understand that approach because in school or even university we were taught or expected to contribute equally but that does not happen in real life. Every individual have different skills and understanding that premise is hard at first, but the best results are obtained that way in my experience. I think that make everyone feel talented in a group despite different contributions made in a project is a challenge but when we succeed, team work succeeds.

In summary, I was quite amazed to learn that nowadays the skills that are most demanded are the ones that build relationships even in classical fields like engineering where math and science skills are imperatively needed. The idea of the lone genius discovering solutions by themselves is long gone by now and data literacy, communication and team work is the new skillset for a successful professional.

Here is the transcript for the short interview to Dr. Tapas K. Das:

AF: In your opinion, what is the profile or skills needed to succeed profesionally as an engineer?

TD: OK, As an engineer, right?. Not only as an industrial engineer, right?.

AF: Right, as an engineer. 

TD: I think that the most important skillset for an engineer is communication. The ability to communicate both in writing and verbally, in both ways, is an important aspect of engineering. Engineers makes decisions and for decision making, they need to be involved in team work and so if they can communicate to the team, they can make good decisions. Of course they need to know the engineering part of it too, but the reason I am putting communication ahead of engineering skills is because we know no matter how much you know you are not going to be able to do well without these skills.

AF: Soft skills?

TD: Actually nowadays people are objecting to call them soft skills, because by saying soft skills it seems like we are taking the value off from those skills, by calling them soft. Those are hard skills too: communicating in both ways, in written and in verbal form, it is not easy.  Leadership, team work, etc. these are all skills that need to be acquired.

AF: Should we called them main skills?

TD: Yes, they are an integral component, these are like a portfolio that an student, an engineer must acquire.

AF: What technologies do you think will have the most impact in our society in the next years?

TD: I do not have a special potion to answer this question but undoubtedly data skills: skills to put data into decision making is going to be an skill that will be above most skillsets in coming years, as clearly as you can see, because in the past people went to dig for gold, now gold is hiding in the data, data is the new oil. Now you can mine in the data to find the value you are looking for.

AF: That skill is for any professional not only engineers, right?

TD: For every professional. Data driven decision making using data is across the board, everybody is going to benefit from that.

AF: What books, fiction of non fiction, would you recommend to read to an engineer?

TD: I am not sure that I have an specific recommendation for a book to read, there are plenty of books in those areas: writing, communication, team work, etc..

AF: Is there any professional field that you would recommend to an engineer to work in?

TD: That is a broad question. I think, fields where data driven intelligence can make more gains. That is what everybody is talking about now. Everybody is talking about artificial intelligence, which is really a fancy nice word, even though is not new, it is been there forever. Artificial intelligence is finally coming to benefit us. Now we have the ability to really benefit from it, because we have the tools to glean the intelligence from data. We have the algorithms, we have the computing power, we have the tools, the sensors that are collecting data. Now it is the time for artificial intelligence. So I think that engineers looking to choose their field, it does not matter whether it is in healthcare, manufacturing, service areas, banking, consulting, etc. everything is data driven. So developing skills to build artificial intelligence or being able to learn what is in the data through those algorithms is going to be the main push. Everybody is looking for engineers who can do that, who can work with A.I.. Artificial intelligence is the key, is the set of the keywords right now.

Here is a little fragment of the video of the interview:

Greg Mankiw, Harvard y el movimiento Occupy Wall Street

Hace unos años, allá por 2012, mientras era común leer en las noticias sobre aquel movimiento disidente y contestatario llamado Occupy Wall Street, atrajo mi atención una publicación sobre un grupo de alumnos de un curso de Economía de Harvard que realizó una protesta -conocida también como Ec10 walkout– abandonando la clase como medida de disconformidad ante el pensamiento ortodoxo y conservador que el docente de dicho curso impartía en sus cátedras y que era el mismo que, según ellos, había llevado a los Estados Unidos al desastre económico actual.

Si bien dediqué un par de minutos a la lectura de dicho articulo, no profundicé en investigar a fondo sobre el hecho y continué barriendo de manera distraída la página de noticias en búsqueda de algún otro titular que llamase mi atención. Pues bien, hace unos años tuve la oportunidad en un postgrado de tomar un curso de Economía Gerencial, donde recibí un abultado libro de cubierta amarilla con únicamente 3 palabras en portada: Macroeconomía, Mankiw y 6ta edición.

A medida que iba leyendo el voluminoso libro -y convenciéndome de lo genial que era el tipo que lo escribió para explicar de manera simple conceptos enrevesados y complejos para mí hasta ese momento- me empezaba a llamar más la atención el autor del texto que el texto en sí, por lo que decidí investigar sobre su vida, pues si escribía de manera interesante imaginaba que su vida era igual de interesante también. Luego de una rápida pesquisa, obtuve un conjunto de datos más que fascinantes sobre él: A.B. summa cum laude en Economía por la Princeton University -A.B. es Bachelor of Arts en Latín y summa cum laude es latín y significa con el más grande de los honores, es decir la más alta calificación posible en una titulación universitaria-, Ph.D. del Department of Economics del M.I.T., profesor de Harvard University desde 1987 a la fecha y actualmente es el docente que dicta Introductory Economics, el curso con mayor afluencia de alumnos de dicha universidad, aproximadamente 700 inscritos. Cabe mencionar que Mankiw fue jefe de los asesores económicos presidenciales durante la administración de George W. Bush. Quizás esta última parte de su hoja de vida sea la que más negativamente influya en la percepción que muchos tienen sobre él.

Con un currículo envidiable en su especialidad, no me sorprendió que haya sido capaz de producir un libro tan didáctico que ha sido traducido a más de 25 idiomas y es un best seller mundial y referencia casi obligatoria en la enseñanza de la economía a nivel inicial e intermedio. Pues bien, leyendo su blog me di con la sorpresa de que el famoso walkout ocurrido como protesta en Harvard tuvo lugar en su cátedra de Introductory Economics, donde aproximadamente un 10% -es decir 70 alumnos aproximadamente- se levantaron y -algunos con pancartas en mano- se retiraron en plena clase en señal de disensión. Ahora ya empezaba a encontrar una conexión a todo.

Para contribuir a mi curiosidad, el año 2012 en un viaje a New York, a pesar del frío -despiadado y no común para un limeño promedio- salí a recorrer las calles de la ciudad en busca de referencias conocidas que hicieran valer la pena tamaña inmolación hipotérmica. Uno de los puntos que más llamó mi atención en mi recorrido por el World Trade Center fue la protesta de Occupy Wall Street, que a primera vista me pareció una manifestación hippie libertina del siglo XXI mal ubicada en una zona atestada de banqueros ricos y ejecutivos impasibles. Digo esto pues más que conciencia, los pintorescos manifestantes generaban simpatía y sonrisas entre curiosos y turistas.

Pero regresemos a la razón de este post, al investigar el móvil del walkout ocurrido durante la clase de Mankiw, decidí leer la carta abierta que un grupo de estudiantes de su curso le dirigieron, de la cual traduzco los tres primeros párrafos para mostrar de manera concisa la intención de ésta.

“Hoy día, estamos retirándonos de su clase, Economía 10, con el fin de expresar nuestro descontento con el sesgo inherente en este curso de Introducción a la Economía. Estamos profundamente preocupados por la forma en que esta tendencia afecta a los estudiantes, a la universidad y a nuestra sociedad en general.

Como estudiantes de Harvard, nos matriculamos en Ciencias Económicas 10 con la esperanza de adquirir una amplia base introductoria a la teoría económica que nos ayude en nuestras diversas disciplinas y actividades intelectuales, que van desde Economía, Gobierno, Ciencias Ambientales, Políticas Públicas, y más allá. En cambio, encontramos un curso que se adhiere a una determinada y limitada visión de la Economía que, creemos, perpetúa los sistemas problemáticos e ineficientes de la desigualdad económica en nuestra sociedad hoy en día.

Un estudio académico de la Economía legítima debe incluir una discusión crítica de los beneficios y defectos de los diferentes modelos económicos simplificados. Y dado que su clase no incluye fuentes primarias y rara vez se cuenta con artículos de revistas académicas, tenemos muy poco acceso a aproximaciones alternativas a la Economía. No hay ninguna justificación para la presentación de las teorías económicas de Adam Smith como más fundamentales o básicas que, por ejemplo, las teorías keynesianas“

Más de una vez he expresado disconformidad con docentes que me han tocado en todas las instituciones educativas por las que he tenido la oportunidad de cruzar, sin embargo teniendo una profesión un tanto ajena al tema, como ingeniería empresarial, y después de haber leído todo el libro de Mankiw, lo que menos puedo notar es un sesgo ortodoxo en su pensamiento y, tal como leí en este artículo de David Henderson, la única manera que un estudiante no tenga acceso a distintas aproximaciones de una materia lectiva es que no cuente con acceso ni a bibliotecas ni a la Internet. No he tenido la inmensa suerte de haber estudiado en Harvard ni de haber estado presente en una clase de Greg Mankiw como para afirmar que mi opinión sea totalmente valida sino más bien la de un espectador más que se muestra sumamente interesado por lo ocurrido con el movimiento Occupy Wall Street y, sobre todo, con la economía global, en general.

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Storytelling con datos: no solo muestres tus datos, cuenta una historia. Parte I: contexto y visualización.

En la escuela aprendemos bastante acerca de lenguaje y matemática: en lenguaje, aprendemos cómo poner palabras en oraciones e historias, y en matemática, aprendemos a encontrarle el sentido a los números, sin embargo es bastante raro que estos dos campos se combinen: nadie nos enseña a contar historias con números. Actualmente, la tecnología nos brinda cada vez más grandes cantidades de datos y, junto con esto, nos plantea la exigencia de comunicar los descubrimientos que realizamos en estos datos para poder entenderlos, por ello, la capacidad de encontrar la más adecuada visualización para estos datos es vital para convertirlos en información y usarlos para tomar decisiones.

Muchas veces, los profesionales mencionan en su hoja de vida, su proficiencia en herramientas de ofimática, sin embargo, esto es lo mínimo deseable para cualquier empleador y ya no es diferencial para competir. De la misma manera, poner unos cuantos -o muchos- datos en una hoja de cálculo o en una presentación, implica para algunos que la visualización termina allí, cuando lo que muchas veces ocasiona es que la historia detrás de los datos sea difícil o imposible de entender. Y sí, efectivamente, hay una historia detrás de los datos pero las herramientas no la conocen, pues aquí es donde se distingue la capacidad de un profesional de traer la historia a contexto con la visualización adecuada. Esta, es la capacidad de contar historias con datos, o storytelling con datos.

La importancia del contexto:

Para empezar a entender la importancia del contexto, es necesario diferenciar entre el análisis exploratorio de los datos y el análisis explicativo de los datos. El análisis exploratorio es lo que hacemos para familiarizarnos con los datos, para esto podemos empezar con una pregunta o hipótesis para lograr entender qué puede ser interesante acerca de estos. En resumen, es la capacidad de convertir una gran cantidad de datos en uno o unos cuantos descubrimientos. Por otro lado, el análisis explicativo es lo que hacemos cuando ya hemos decidido qué descubrimientos vamos mostrar a nuestra audiencia, es decir centrarnos en el qué datos vamos a mostrar, a quién se los vamos a mostrar y cómo los vamos a mostrar. Esta parte es donde específicamente se centra la capacidad de contar historias con datos.

Para esto, empezaremos con un ejemplo: el jefe de un área de mesa de ayuda, ha tenido muchos problemas durante toda la mitad del año 2016, debido a que en el mes de mayo de 2016, dos miembros de su equipo renunciaron y desde ese momento su área no ha podido satisfacer la demanda de atención y, por ende, su calidad de servicio ha disminuido de manera crítica. Este jefe tiene los datos de atención de todo el año y va a mostrarlo al comité de productividad de su empresa, que son los encargados de aprobar las contrataciones de personal necesarias para cada departamento, pues necesita que el comité apruebe la contratación de dos nuevos miembros para su equipo. Finalmente, los datos a disposición son muchos pero únicamente necesita mostrar aquellos que ilustran la diferencia entre la demanda de atención y la poca capacidad de satisfacer dicha demanda partir de mayo de 2016. En este punto es importante recalcar un error muy común: decidir qué datos mostrar y, más aún, qué enfatizar.

Así como un museo es valioso no por las obras que muestra sino por las obras que no muestra -de lo contrario sería un almacén y no un museo-, una presentación debe ser valiosa por la selección de datos que incluye y, sobre todo, por lo tuvo que dejar de lado para armar dicha selección. En resumen, el contexto de este caso sería el siguiente:

  • ¿QUIÉN?:
    El comité de productividad de la empresa encargado de aprobar las contrataciones de personal para cada departamento.
  • ¿QUÉ?:
    Enfatizar la necesidad de aprobación por parte del comité para la contratación de dos nuevos integrantes para su equipo.
  • ¿CÓMO?:
    Mostrando los datos que ilustran la diferencia desde mayo de 2016 entre los tickets presentados y los tickets atendidos debido a la renuncia de dos integrantes de su equipo, poniendo énfasis tanto en el punto de quiebre en la diferencia desde dicha fecha.

Escoger una visualización adecuada:

Otro de los mayores errores que los profesionales cometen, es la mala elección de la visualización de datos. En la siguiente imagen, si pidiera buscar la cantidad de veces que aparece el número 3, probablemente me tardaría 15 a 20 segundos explorando la imagen.

 

Captura de pantalla 2017-09-13 a la(s) 18.28.13

Sin embargo, en la siguiente imagen, la misma búsqueda puede tomar 3 segundos como máximo y, probablemente, la mitad de esfuerzo. La razón es simple: hemos enfatizado la parte a la que quiero que mi audiencia preste mi atención, mediante el uso de negritas. De la misma manera, también hubiera sido válido el uso de color y elementos visuales adicionales.

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En la siguiente imagen, podemos ver un típico gráfico de barras, donde se muestra la información descrita en el caso anterior que presenta los tickets recibidos y los tickets atendidos cada mes por el departamento de mesa de ayuda durante el año 2016. A primera vista, no es fácil reconocer el objetivo del gráfico, aunque después de unos segundos, es posible ver que la diferencia entre los tickets atendidos y los tickets recibidos se incrementa a partir de la mitad del año. Si bien se requiere observar bien el gráfico para descubrir esto, la razón de esta diferencia se desconoce por completo.

Captura de pantalla 2017-09-13 a la(s) 18.21.38

En esta imagen, usando los mismos datos pero con una visualización distinta, se muestra en un gráfico de líneas, la diferencia entre los tickets de atención recibidos y los tickets atendidos durante todo el año 2016, con una ayuda visual –barra vertical– que enfatiza la diferencia desde mayo de 2016 y añade una pequeña leyenda para indicar que dicha diferencia se debe a la renuncia de dos integrantes y, adicionalmente con mayor énfasis, una llamada a la acción; la necesidad de contratar a dos nuevos miembros para el departamento de mesa de ayuda.

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Como conclusión, los dos puntos iniciales a tener en cuenta para empezar a contar una historia es empezar definiendo el contexto: tanto con el análisis exploratorio –qué quiero encontrar– como con el análisis explicativo –contar la historia–, que, a su vez, requiere definir tres aspectos importantes: quién es mi audiencia, qué les quiero decir y cómo lo voy a hacer. Posteriormente, es necesario elegir la correcta visualización para los datos así como enfatizar las partes del mensaje que deseo comunicar a mi audiencia. En siguientes artículos abordaré los factores adicionales que también son importantes para contar historias con datos. Asimismo, no puedo dejar de recomendar el excelente libro ¨Storytelling with Data¨ de Cole Nussbaumer, del cual aprendí y obtuve las imágenes para elaborar el tema sobre el cual trata este artículo.

 

What unlearning really is

To understand what unlearning is, first we need to explore the definition of learning:

  • The act or experience of one that learns.
  • Knowledge or skill acquired by instruction or study.
  • Modification of a behavioral tendency by experience (such as exposure to conditioning)

From the very definition, the act of learning requires not only obtaining new knowledge, either by studying or by experiencing, but also modifying our future behaviour according to the belief that an specific set of actions will allow us to solve an specific problem or successfully deal with a situation. 

We, humans, do not really learn, instead what we do is to look for a pattern, through trial and error, that can be deemed a good enough solution for a given scenario under our appreciation, which is also called experience. Then, in subsequent situations, we just basically apply the same pattern over and over until we stumble upon a, slightly or completely, different scenario that force us to start looking again for a new pattern to deal with this situation. Here is where the problem comes with what we have previously learned: the approach we take is commonly making the most of our own experience dealing with similar problems we solved in the past. From that knowledge on is where we start looking for a solution, since it would be less efficient to start over from a completely fresh and new approach to a problem that might be solved with a little tweak to our previous experience, because come on, we need optimal times and results, and doing it all over again is not a realistic possibility.

For example, if we are given a challenge to come up with a solution to find a cure to a disease, we might start considering several distinct components for an existing drug or maybe a completely new drug, but maybe the correct approach is not a drug to fight the disease but in preventing that an specific gene in humans reacts to a certain body condition which really causes the disease is manifested. That would represent a totally different schema for fighting diseases that would require to focus not in looking for a cure but rather in data to predict a possible scenario and, consequently, not using physicians to cure diseases but data scientists to predict possible situations and probabilities where the disease is manifested.  

If the example sounds totally out of logic is because our prior learning (physician cure existing disease in human using drug) prevent us from adopting a new frame of mind (data scientist find pattern in data to prevent future disease in human) to deal with a known situation. Today, usage of human data to find patterns to alert us of possible future diseases is more common everyday but without a mindset to leave behind the old -even the current and working- and to make way for the new then there is no possibility yo unlearn.

Unlearning is not about forgetting what we know -because sooner or later we unconsciuosly go back to our old ways- but having the capacity to freely choose a totally different mental model to replace our current one, is being able to look at the things we have known all our life from a totally different perspective to find them different or less logical purposes or reasons, that might even surprise us later.

Finally, both individuals and organizations need to be learning entities but innovation demand unlearning first so that -as stated previously- we can make way for the new.

El efecto de la inmigración y el verdadero acceso a la educación.

De la misma forma en que hoy leía cómo cientos de personas se quejaban, en la versión en línea de un diario peruano de negocios, sobre la inmigración de ciudadanos venezolanos a Perú, pensaba en las palabras de un destacado Premio Nobel de Economía, a principios de este año, donde mencionaba que si una persona tiene la capacidad de acceder a una red social para su entretenimiento desde un teléfono inteligente básico, dicha persona tiene la misma capacidad de acceder a toda la educación posible que la Internet le brinda de manera totalmente gratuita.

La inmigración casi siempre tiene efectos positivos en cualquier economia, pero no todos siempre se benefician de la competencia. La competencia, en cualquier campo, genera mejores precios pues hay mayor oferta, dado que el precio es un indicador de escasez. Esto es fácilmente visible todos los días cuando pagamos menos por productos importados en comparación con productos nacionales por los cuales antes solíamos pagar más, lo cual sin duda es beneficioso, sin embargo esa mayor competencia de precios también puede afectar al precio de tu trabajo, es decir puede afectar a tu sueldo. Siempre nos quejamos de que las cosas suben de precio y, de la misma manera, hacemos fuerza común y reclamamos para que las cosas bajen de precio, pero cuando se refiere al precio de nuestro trabajo, nuestra óptica nunca es la misma.

No voy a ahondar más en el tema de la inmigración, pero es cierto que ésta golpea, más que a los individuos con menor educación, a aquellos que no logran adaptarse a lo que el mercado laboral, tan cambiante, exige para ser mínimamente competitivo. Esto, pues el mercado laboral no es de suma cero, es decir si entre dos trabajadores, digamos, poco calificados, uno logra tomar un puesto no necesariamente se lo quita al otro, pues acá entra la innovación, que permite que un individuo usando su ingenio no solamente pueda prepararse de una manera distinta para acceder a otro tipo de trabajo que demanda distintas competencias sino que incluso, usando ese mismo ingenio, puede generar emprendimientos, que crearán muchas más plazas laborales.

Esa misma educación que sólo unos años atrás podía ser accedida solamente por una élite privilegiada, ahora se ha democratizado. Cualquier niño en un país en vías de desarrollo con acceso básico a la Internet puede comunicarse directamente con cualquier científico, presidente, deportista, artista del mundo usando Twitter, seguir las actualizaciones de los principales autores, grupos de cualquier tipo de interés o empresas usando Facebook, acceder a cursos de todos los idiomas en Duolingo, estudiar los programas de pregrado y postgrado de las mejores universidades en Coursera, absolver las dudas básicas en casi cualquier materia de educación elemental en Khan Academy, conocer los museos y calles más famosos del mundo usando Google Street View, generar una bitácora con contenido propio usando WordPress, leer artículos de prácticamente cualquier tema en casi todos los idiomas usando Wikipedia, crear y compartir su propio contenido en vídeo con millones de personas usando YouTube, traducir cualquier texto en cualquier idioma, incluso en tiempo real, usando Google Translate, leer las editoriales y artículos de los mejores economistas del mundo en la versión en línea de The Economist, leer las últimas ediciones de las mejores revistas y publicaciones del mundo usando Issuu, llevar cursos de programación y tecnología de las mejores universidades y empresas del mundo usando Edx. Podría seguir y seguir enumerando ejemplos pero, vamos, el problema no es el acceso a la educación, el problema es la mentalidad. Si todos los días toco temas de educación, innovación, Internet, etc., es por algo muy obvio: ya me di cuenta de que el mundo está cambiando.

Cuando alguna vez le pregunté a un famoso economista, en su visita a Lima, acerca de cómo la Internet está cambiando la educación, me respondió que la educación no había cambiado mucho, pues ésta no es una etapa de la vida sino una experiencia de vida y la Internet únicamente la ha hecho más accesible y democrática. Sí, esa educación a la cual muchos dicen no tener acceso, hoy en día, es más accesible que nunca, sobre todo si, en este momento, estás leyendo este artículo desde una red social, desde tu teléfono o computadora ¿no es así?.

El valor de compartir lo que sabes

Junio de 1999, no sabía qué hacer aún con mi vida. Tenía 17 años y lo único que sabía bien era que religiosamente debia estar despierto antes de las siete de la mañana para escuchar a un argentino de apellido Giacosa, que tenía un programa en una radio de no mucha audiencia pero que, para mí, a esa edad era, de lejos, lo más interesante de mi día. Recuerdo que soñaba hablar francés como él y que me dejaba impresionado todo lo que conocía sobre tantos temas y tantas personas de tantos países. Recuerdo que lo acompañaba en su programa un tal (Renato) Cisneros y que en sus conversaciones del programa matinal de dos horas, maldecía a la susodicha radio por no darles una hora más para poder seguir escuchando sus tertulias.

Recuerdo aún sus historias sobre las novelas clásicas, sobre el origen de algunas palabras, sobre política internacional, sobre personajes históricos. Deseaba tanto poder leer todo lo que él había leído que aprendí a renegar conmigo mismo cuando caía en la cuenta que no sabía el por qué de algo. Aprendí escuchándolo que lo apasionante son las personas que saben contar las historias y no las historias en sí. Aprendí que puedes conocer a una persona sin conocerla en persona solo escuchándola o leyéndola. Aprendí que uno puede ser mentor y ser maestro sin conocer a alguien, solamente compartiendo lo (poco o mucho) que uno sabe. Aprendí que lo que quería hacer en la vida era saber y saber tanto como él.

Hace unos años cuando publicó su autobiografía (no autorizada), corrí a comprarla y la leí toda el mismo día. Hoy, por esos golpes de suerte en la vida, tuve la oportunidad de conocerlo personalmente y conversar con él, le pedí que me firmara su libro que conservo hace casi una década e incluso nos tomamos una foto en mi oficina. Hoy le conté historias, que el contó hace casi dos décadas en la radio, que no he olvidado y que incluso él mismo ya no recordaba. Las recuerdo como si fueran de ayer. Todo pues una de las personas a las cuales le debo mi pasión por la lectura y por lo bonito que es aprender es a Guillermo Giacosa.

Gracias por tanto, gracias por compartir lo que sabes, maestro.

 

dav

Oiga usted, edúqueme por favor

Escribir es un arte. De niño me decían: “quien bien escribe bien piensa”, y me lo tomé en serio cual escena de película de terror que te marca la infancia. Escribimos mal. Hasta mis mejores y más inteligentes amigos lo hacen y me incluyo. Porque escribir mal no es solamente firmar horrores ortográficos en tus escritos sino también no usar adecuadamente esos vehículos que transportan nuestras ideas llamados palabras, que bien combinados podrían ser un desfile europeo de autos clásicos de lujo pero que -para terminar la analogía- terminan siendo no más que un muladar de carcachas desvencijadas al acribillar la belleza del idioma y degradar el nivel de comunicación con el paupérrimo uso que le damos. 
Leo con frecuencia que culpamos al nivel educativo de nuestro país por nuestra falta de competitividad en todos los niveles. Es cierto, pero la educación formal, tal y como la conocemos, ocupa una parte de nuestra niñez y juventud, por ende si es que en un mediano plazo logramos alcanzar esa competitividad que tanto deseamos ¿qué pasará con aquellos que ya no pueden regresar al colegio o a la universidad pues están ocupados produciendo y trabajando y no disponen de más tiempo para la educación?. La repuesta a esta interrogante requiere de un cambio de paradigma en nuestras mentes y que me lleva a esa famosa frase de Mark Twain que dice: “nunca he dejado que mis estudios interfieran con mi educación”. 
La educación no es necesariamente equivalente al nivel de instrucción, ni a la formación académica que recibimos sino a la capacidad intelectual y social que cada individuo es capaz de desarrollar en base al aprendizaje, ya sea a través de experiencias, observación, lectura, etcétera y que se evidencia, por ejemplo, en nuestra capacidad de comunicarnos de manera escrita. Todo esto, sin embargo, es la consecuencia mas no la causa del problema. La raíz del problema se inicia temprano en la vida y va desde la nula capacidad de entender lo que uno lee, pasando por la poca motivación de generar hábito de lectura y de dar facilidades para que este ocurra -diccionarios, libros didácticos y lectura en grupo- y puede llegar hasta el poco estímulo que el entorno da al aprendizaje autónomo, es decir si no me enseñan no lo aprendo. 
Hoy es casi imposible decir que uno no sabe algo porque “no me lo han enseñado”. La educación dejó de ser una etapa de la vida para pasar a ser una experiencia de toda la vida. Personalmente, más que la formación académica de un individuo valoro su capacidad de adaptarse, aprender y aplicar el conocimiento que actualmente todos podemos adquirir. El mundo ha cambiado y mucho. A Jeff Bezos, fundador y CEO de Amazon, le preguntaron alguna vez qué es lo que iba a cambiar en el futuro, a lo que él respondió que prácticamente todo va a cambiar y que le era más fácil decir qué es lo que no iba a cambiar. Nuestro entorno -desde la competencia por un puesto con el compañero de trabajo o universidad hasta en las empresas que nos brindan productos y servicios- se torna cada vez más competitivo, enfermizamente competitivo, y la diferencia entre quién sobrevive y quién no, se da por la rapidez con la que nos adaptamos y aprendemos, sin embargo no es a la competencia con el otro a la que hay que tenerle miedo sino a la incompetencia de uno mismo. 
Por ello la siguiente vez que tengamos que escribir, tomémonos un tiempo para revisar la calidad de nuestro escrito y en caso hallemos algún error, investiguemos, corrijámoslo y aprendamos de nuestro error pero por favor que lo último que se nos ocurra decir sea: “oiga usted, edúqueme por favor”.